Quizá tienes un bebé y no te cuesta trabajo recordar los días cuando era un recién nacido. Quizá tu hijo es ya mayor y entonces para recordarlo hará falta ver fotos viejas.
Pero a mí los sentidos me acaban de jugar una pasada muy emotiva, te lo cuento en esta foto de Instagram:
Volver a probar y oler ese cereal fue un auténtico bote de agua en la cara, no te podría decir que agua helada, porque no fue una mala experiencia, pero sí muy sorprendente.
Recordé de inmediato mis nervios, mi alegría pero mezclada con un miedo por si no hacía las cosas bien. Me recordó el cansancio que sentía, las ganas de dormir y al mismo tiempo el miedo de dormir por si le pasaba algo a mi frágil, hermoso y único recién nacido.
Fue sorprendente revivir, 14 años después mis sentimientos y sensaciones como si me estuvieran pasando por primera vez.
Usar los olores para recordar me tomó por sorpresa esta vez, pero lo he hecho a propósito en otras ocasiones y me encanta, me explico:
Si voy a tener un evento importante en mi vida, uso un olor nuevo (un perfume, un desodorante, un té que no haya probado antes, velas, algo con olor y que sea un aroma nuevo) y lo utilizo durante el evento, si puede ser más de un día mejor, por ejemplo cuando me preparo para el evento, durante y unos días después. Después lo dejó de utilizar. Y alguna vez, cuando quiero recordar más profundamente que mirando fotos, saco ese olor y ¡es una bomba de alegría y de emociones!
Si tienes un bebé no dejes de hacerlo, (ya me lo agradecerás en unos años) y si ya no es bebé tu hijo, busca experiencias nuevas, elige un aroma y guárdalo por un tiempo.
¿Qué te parece? ¿Te gustaría empezar a guardar recuerdos de esta nueva forma?
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